Labrador es descarado. Le encanta ligar y mostrar su cuerpo y no se esconde.
Confiesa que su primer tattoo se lo hizo cuando consiguió uno de los retos más importante que se ha marcado en su vida: tener un cuerpo trabajado.
Pasa horas y horas en el gimnasio pero tiene claro lo que más le importa en la vida: su madre. A ella le dedica buenas palabra y todo su tiempo que puede.
Por el momento a Gandía Shore le pide muchas horas de fiesta y "tías que estén muy buenas". Sin trampa ni cartón, Labrador se muestra como es.
Y al que no le guste, que no mire. ¡Si es que puede!
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